Un trasplante de células madre (también conocido como trasplante de médula ósea) permite a los médicos administrar dosis más altas de quimioterapia, algunas veces junto con radioterapia.
Las dosis de medicamentos de quimioterapia normalmente se limitan por los efectos secundarios que estos medicamentos pueden causar. No se pueden usar dosis más elevadas, incluso si pudieran eliminar más células cancerosas, ya que causarÃan daño grave a la médula ósea, donde se producen las nuevas células sanguÃneas.
Pero con un trasplante de células madre, los médicos pueden administrar quimioterapia de dosis alta porque el paciente después recibe un trasplante de células madre productoras de sangre para restaurar la médula ósea.
Los trasplantes de células madre algunas veces se usan para tratar a los pacientes de linfoma que se encuentran en remisión o que tienen una recaÃda durante o después del tratamiento. Aunque sólo un pequeño número de personas con linfoma son tratados con esta terapia, este número de pacientes está aumentado.
Tipos de trasplantes de células madre
Existen dos tipos principales de trasplantes de células madre, según el lugar de donde provienen las células madre.
- En un autotrasplante (autólogo) de células madre, se usan las propias células madre del paciente. Estas células se obtienen en varias ocasiones durante las semanas previas al tratamiento. Las células se congelan y se almacenan mientras la persona recibe tratamiento (quimioterapia en altas dosis y/o radiación) y luego se devuelven a la sangre del paciente mediante infusión intravenosa (se coloca un catéter en la vena).
- Cuando se realiza un alotrasplante (alogénico) de células madre, las células madre provienen de otra persona (un donante). Generalmente se trata de un hermano o hermana, aunque la fuente puede ser un donante sin relación familiar o sangre del cordón umbilical. El tipo de tejido del donante (también conocido como el tipo HLA) debe asemejarse al tipo de tejido del paciente tanto como sea posible para ayudar a evitar el riesgo de que surjan problemas importantes con el trasplante. Independientemente de la fuente, las células madre se congelan y se almacenan hasta que se vayan a necesitar para el trasplante.
Los autotrasplantes de células madre se realizan con más frecuencia que los alotrasplantes para tratar el linfoma. Aun asÃ, puede que usar las propias células del paciente no sea una opción si el linfoma se ha propagado a la médula ósea o a la sangre. Si esto ocurre, puede ser difÃcil obtener una muestra de células madre que no tenga células del linfoma.
Los alotrasplantes se emplean con menos frecuencia para el linfoma porque pueden ocasionar graves efectos secundarios, lo que dificulta que los pacientes puedan tolerar estos trasplantes, especialmente pacientes de edad avanzada o que presentan otros problemas de salud. Además, puede ser difÃcil encontrar un donante compatible.
Un trasplante de células madre es un tratamiento complejo que puede ocasionar efectos secundarios potencialmente mortales. Si los médicos piensan que una persona se puede beneficiar de un trasplante, éste debe hacerse en un centro de cáncer en el que el personal tenga experiencia en el procedimiento y en el tratamiento de la fase de recuperación.
Para más información sobre los trasplantes de células madre, incluyendo cómo se llevan a cabo y los efectos secundarios potenciales, consulte Trasplante de células madre para el cáncer.
Para más información general sobre algunos de los efectos secundarios, y cómo tratarlos, consulte Control de efectos secundarios relacionados con el cáncer.